
Hace unos pocos días terminó en reconocido Museo de la Ciudad de México una exposición sobre la fotógrafa norteamericana Vivian Maier quien en los últimos años levantó enorme revuelo por la manera en que se encontró su obra fotográfica y se dio a conocer poco tiempo después de su muerte, ocurrida en 2009. Naturalmente este artículo no es para hablar mal de ella, pues definitivamente su obra, o lo que se encontró de ella en unas cajas de “segundas” como le llaman en Estados Unidos en 2010 y repartida al principio por al menos entre cinco diferentes coleccionistas, uno de ellos salvando del olvido el contenido de las 5 bodegas que contenían las pertenencias de la mujer nacida en 1926, levanta más dudas que certezas y lo peor de todo es que tanto puede ser verdad como puede ser mentira y más si hablamos de una mujer enormemente solitaria y reservada.
A favor están como testimonio las propias fotografías, en especial sus autorretratos. Maier, niñera de oficio se dedicó al menos por 40 años a realizar sus imágenes con dos cámaras, una de formato medio Rolleiflex y otra de 35mm Leica, además de que se estima que a parte también de dejar películas de cine, también dejó al menos 100mil negativos, rescatados todos ellos en su mayoría por los mencionados coleccionistas. Pero aquí justamente comienza la leyenda y toda la sospecha. En principio Maier encaja casi de manera perfecta con la dinámica de la fotografía actual, es decir no usaba el auto disparador, se tomaba muchas fotografías frente a los espejos como lo hacen millones hoy por no saber usar sus artefactos. Su fotografía es espontánea y costumbrista. Es mujer, es blanca, es norteamericana. Nadie en el mundo se debiera atrever a decir que inventó ese tipo de imagen pues es algo casi instintivo para cualquiera que quiere tomarse un retrato cuando se encuentra solo o la cámara está imposibilitada, digo, desde hace años existe el auto disparador, los cables de extensión o hasta el control remoto como fue mi caso, pues mi primera Nikon con control remoto databa del año 2001. ¿Pero cómo una niñera cuya obra en si se volvería tan gran fotógrafa poseyendo dos cámaras valuadas en miles de dólares? O sea, en pesos mexicanos una Leica sale en no menos de 200mil pesos, también de la otra marca en no menos de 100mil, además de que la fotografía siempre ha sido un arte caro, muy caro como para que uno financié por puro gusto más de 100 mil negativos, algo no encaja ahí y menos con el sueldo de una niñera. Bueno, según dicen que fue soltera, sus ahorros pudo haberlos usado para ello, pero son cosas que no encajan, además considerando a otros fotógrafos dedicados en su totalidad al oficio las cantidades varían, por ejemplo Robert Capa legó al mundo por lo menos 70mil, o el mexicano Héctor García más de un millón, yo por ejemplo llevo casi 900 mil en al menos 28 años de carrera.
¿Sería un disparate no querer que vean tu obra hasta que te mueras? La verdad yo creo que no, en eso concuerdo con Maier, pues yo también tengo mucha obra tan, pero tan personal que no se me antoja en lo más mínimo que la vea nadie más que yo incluso hasta después de mi muerte.
El teórico de la fotografía internacional Joan Fontcuberta dice que Maier es un producto fabricado. Pues después de explicarlo como lo explica en su conferencia sobre la manera en la que se crean mitos y carreras ficticias, y hoy más que nunca en que las mentiras pueden tener mayor difusión, sostiene que es muy fácil hacerlo, lo cual yo creo que si es posible, pues si he sabido de varios artistas que salieron de la nada y las mismas galerías y agentes les hacen historias fantásticas con tal de atraer a más compradores. Afortunadamente no es mi caso porque yo si puedo comprobar con lujo de detalles todo lo que cuento sobre mi mismo y mi carrera ¿Y usted?.
La verdad creo que si es verdad o es mentira Maier se descubrirá tarde o temprano, como ha pasado con otras personalidades en toda la historia y por mucho creo que después de ver su vida nos recuerda que no debe ser el único caso, yo mismo tengo obra que no he dado a conocer o que me han querido sepultar. ¿De qué nos estaremos perdiendo con casos similares al de Maier?, la realidad es que no se podrá saber hasta que pase mucho, mucho tiempo y se hagan investigaciones verdaderamente exhaustivas. Como en la política, en que sólo basta ver como en las campañas los candidatos se la pasan diciendo mentira tras mentira apelando a la ignorancia y flojera de todos aquellos que les da hueva enterarse de la verdad.
De mitos y leyendas están hechas nuestras sociedades.
Norman Patrón. 20240522Mi 0518H.
